Pensemos sobre las riquezas que tenemos a nuestro alrededor. Estamos muy acostumbrados a desapercibir los detalles de la grandeza de vivir. Las pequeñas cosas que nos rodean muestran simpatía hacia nosotros. Desafortunadamente no todos cuidamos y valoramos lo que tenemos. Por esto, "Siempre hay quién puede ver tus alas" es una conciencia sobre el regalo que tenemos día a día, ya sea de nuestros amigos y seres queridos o de la naturaleza misma. Contemplar el éxito, el trabajo, el bienestar de otros debiera ser un estímulo para nosotros. Las flores tienen una vida "muy corta" pero cuando florecen dan todo lo que pueden dar para nosotros. Somos la potencia única y eficaz para lo auténtico, la recompenza siempre llega al final. Que la inspiración, el amor y la admiración nunca te abandone.
